viernes, 12 de octubre de 2007

Ayaan Hirsi Ali contra la filosofia politica totalitaria del islam radical

Ayaan Hirsi Ali, guionista de origen somalí e inspiradora del documental 'Sumisión', la obra sobre el Corán que provocó en 2004 el asesinato a manos de un fanático islamista de su director, Theo Van Gogh, cree que 'el Islam no es una religión, sino una filosofía política destructiva'.
En una entrevista con Efe, Ali, que promociona su último libro, 'Infidel', traducido como 'Mi vida, mi libertad' en España, define esta obra como su 'viaje intelectual'. Esta obra, según la escritora, es un recorrido por su vida desde que formaba parte de un clan musulmán sumido en constantes guerras en Africa hasta que logró una vida totalmente distinta en la sociedad europea. A pesar de sus terribles vivencias, Ali cree firmemente que su sueño, su meta, es alcanzable: 'Mi sueño es que el Islam termine de la misma forma que el comunismo, que los musulmanes sean liberados de esos dogmas totalitarios y destructivos', dijo a Efe.
'Si nos quedamos de brazos cruzados, desde luego que las cosas no van a cambiar; si cada uno hacemos esfuerzos, las cosas podrían ser distintas. Desde luego que no va a ser fácil, pero no hacer nada es la peor de las decisiones', apuntó.
'Sumisión', como evoca su título, era un trabajo sobre la sumisión de la mujer dentro de la doctrina islamista que se basó en las experiencias de la por entonces diputada liberal en el Parlamento holandés.
'Tú, Hirsi Ali, caerás', rezaba la nota que Mohamed Bouyeri, el asesino confeso de Van Gogh, clavó con un cuchillo en el cadáver del realizador holandés el 2 de noviembre de 2004.
Ali, en aquel momento, llevaba casi dos años bajo protección de la policía holandesa debido a su crítica a ultranza del papel que reserva el Islam a las mujeres y debido a las amenazas de muerte formuladas por fundamentalistas musulmanes.
'Fue una tremenda conmoción. Sentí rabia y miedo por lo ocurrido.
Theo, que era un luchador por la libertad de expresión, no tenía protección alguna, pero yo sigo viva y continuaré relatando al mundo por qué fue asesinado', explicó la escritora.
Ali considera que un Estado islámico es 'totalitario' y no permite desobediencia alguna.
'Aún me pregunto cómo es posible que millones de personas crean en esos dogmas', indicó Ali, quien ve semejanzas en este movimiento con el nazismo y el comunismo.
No obstante, recalcó la importancia de separar el Islam como religión del conjunto de la comunidad musulmana, 'un grupo con individuos muy diversos pero moderados'. 'El Islam es totalmente radical, hay una gran diferencia', agregó.
Criada en Somalia, Arabia Saudí y Kenia, llegó a Holanda en 1992 -donde permaneció como exiliada política- tras escapar de un futuro matrimonio concertado en Canadá con un primo lejano y después de haber sufrido la ablación del clítoris junto a su hermana.
'Creo que existe una gran pasividad y falta de conocimiento por parte de los gobiernos a la hora de hacer frente a estas atrocidades', criticó esta mujer de 38 años, que renunció al Islam y se declaró atea tras haber sido educada en el Corán.
Hoy, Ali es una escritora de éxito y una de las mujeres más influyentes del mundo según la revista 'Time', pero ahora afronta un nuevo revés en su vida.
Después de aquella triste mañana de noviembre de 2004, Ali vio incrementada la protección del Gobierno holandés, pero el pasado 1 de octubre la administración de La Haya decidió dejar de financiar su seguridad en EEUU, donde trabaja desde hace un año en el centro de estudios American Enterprise Institute.
Ali debe callar hasta que conozca la resolución del conflicto con las autoridades holandesas, pero su voz no se detendrá nunca en su batalla contra el fundamentalismo islámico, contra las ideas que acabaron con la vida de Theo Van Gogh.

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